sábado, 27 de agosto de 2011

MI AMIGO Y HEROE CHUCK NORRIS

Me quitaré la careta y reconoceré que mucho Deadwood, mucho The Wire, mucho Sopranos, mucho Hermanos de sangre y mucha HBO pero -ahí voy- la serie de la cual he visto más episodios en mi vida se llama Walker: Ranger de Texas.

Siempre he admirado a Chuck Norris. Ese gran patriota americano, heroe de la America profunda capaz de darse de ostias con Bruce Lee y ponerselas dificiles o ese hombre capaz de no expresar dolor, sufrimiento, odio, ira o amor. Crecí viendo Walker: Ranger de Texas o peliculas como las sagas Desaparecido en combate o la inigualable Delta Force. Es más, tengo todas esas peliculas en casa y de vez en cuando las veo y recuerdo mi niñez.


Para aquellos/as que no conozcan esta serie (me resulta difícil pensar que alguien no conozca a Walker, pero bueno) la misma explica las aventuras de un policía -un Ranger- de Texas que es como Superman pero con sombrero, barba y botas camperas. Este señor, que habla navajo, comanche, inglés, español y hasta el idioma de los equinos y el de los lobos, se dedica a impartir justicia y en cada episodio le zurra la bandana a unos cuantos ingenuos con cuchillos, pistolas, bazukas, lanzamisiles, helicopteros de ataque y/o armas químicas. Lo hace con la ropa prieta y sin que se le mueva ni un pelo de la rabadilla.

El protagonista de esta fábula donde por asuntos de cuota hay un señor mayor, un señor negro, un señor indio, una señora blanca y varios animales no es otro que el legendario Chuck Norris, el Dios de pecho velludo al que la providencia ungió con la bendición de unas manos grandes con las que dar hostias como panes y una patada giratoria que con su solo amago hace que la gente se giñe viva.



Sí, lo sé, no hay por donde coger este producto episódico que es más simple que Física y Química y El internado juntas, sin embargo cada vez que la ínclita Tele 5 (en esos domingos de tedio estival, o invernal que tanto da) programaba un Walker un servidor se sentaba y se lo tragaba de cabo a rabo, y doblado por más inri.
Ya está, ya lo he dicho: he visto cada episodio de Walker unas 150.000 veces (mínimo) y no me sonrojo lo más minimo en decirlo.

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